Hola, en esta ocasión quiero explicarte algo que a muchos pacientes les genera angustia cuando lo escuchan por primera vez: los pólipos colorrectales.
Si te has hecho una colonoscopía o tu médico te la recomendó por prevención o por síntomas como sangre en las heces, es posible que hayas oído hablar de los pólipos. Y sí, cuando alguien escucha que “le encontraron un pólipo en el colon”, lo primero que se viene a la cabeza es la palabra “cáncer”. Pero no siempre es así, y por eso es tan importante entender de qué se trata.
¿Qué es un pólipo colorrectal?
Un pólipo es un crecimiento anormal que aparece en la pared interna del colon o del recto. Puedes imaginarlos como pequeñas protuberancias, como si fueran verruguitas o bolitas que sobresalen hacia el interior del intestino. Algunos son planos, otros tienen un tallo delgado como un honguito.
La mayoría de los pólipos no causan síntomas y muchas veces se detectan por casualidad durante una colonoscopía de rutina. Pero lo más importante que quiero que sepas es esto: aunque no todos los pólipos son cancerosos, algunos sí pueden convertirse en cáncer con el tiempo.
¿Por qué aparecen los pólipos?
Los pólipos pueden aparecer por varias razones, y en muchos casos no hay una causa única. Algunos de los factores que aumentan el riesgo son:
- La edad: a partir de los 45-50 años es más común que aparezcan.
- Tener antecedentes familiares de pólipos o cáncer de colon.
- Dieta baja en fibra y alta en grasas, sobre todo carnes procesadas.
- Obesidad, sedentarismo, tabaquismo y consumo de alcohol.
- Algunos padecimientos hereditarios como la poliposis adenomatosa familiar o el síndrome de Lynch.
No siempre se pueden prevenir, pero sí se pueden detectar a tiempo.
¿Cuáles tipos de pólipos existen?
Hay varios tipos de pólipos, pero los principales son:
- Adenomatosos (o adenomas): estos son los más comunes y los que tienen mayor probabilidad de volverse cáncer si no se retiran. No significa que todos lo harán, pero por eso siempre los quitamos cuando los encontramos.
- Hiperplásicos: en general, estos no suelen volverse cancerosos, sobre todo si son pequeños y están en el recto o el colon sigmoide.
- Serrados: algunos de estos sí pueden evolucionar hacia el cáncer, dependiendo de su tamaño y características.
Durante la colonoscopía, si encontramos un pólipo, lo retiramos y lo enviamos a analizar al laboratorio. Eso nos dice exactamente qué tipo es y si requiere vigilancia más estrecha.
¿Qué síntomas dan?
La mayoría de los pólipos no causan molestias. Pero si crecen mucho, o si sangran, podrían causar:
- Sangre en las heces.
- Cambios en el ritmo intestinal (estreñimiento o diarrea persistente).
- Sensación de que no vacías bien el intestino.
- En casos muy grandes, incluso dolor abdominal.
Aun así, lo más común es que no se note nada. Por eso insisto tanto en los estudios de prevención.
¿Cómo se detectan?
El mejor estudio para detectar pólipos es la colonoscopía. Con una cámara delgada revisamos todo el colon y recto, y si encontramos un pólipo, lo podemos retirar en ese mismo momento.
También existen pruebas como el examen de sangre oculta en heces, pero si sale positiva, igual se necesita una colonoscopía para confirmar qué está causando el sangrado.
¿Y si me encontraron un pólipo?
Lo primero: no entres en pánico. Encontrar un pólipo no significa que tengas cáncer. De hecho, puede ser una excelente noticia, porque lo detectamos a tiempo, antes de que diera problemas. Si se retiró por completo y el resultado de patología lo confirma, muchas veces no se necesita ningún tratamiento adicional, solo vigilancia.
Dependiendo del tipo de pólipo, su tamaño y la cantidad, puedo recomendarte repetir la colonoscopía en 3, 5 o 10 años. Cada caso es distinto y debe evaluarse de forma individual.
¿Se pueden prevenir los pólipos?
No siempre se pueden evitar por completo, pero sí puedes reducir el riesgo con ciertos hábitos:
- Come más fibra (frutas, verduras, legumbres, cereales integrales).
- Reduce el consumo de carnes rojas y embutidos.
- Mantente activo físicamente.
- Evita el tabaquismo y limita el alcohol.
- No ignores los síntomas, por pequeños que parezcan.
- Y sobre todo, hazte la colonoscopía cuando te toque.
- La clave está en detectarlos a tiempo
Como coloproctólogo, veo todos los días cómo una colonoscopía a tiempo puede cambiar la historia de un paciente. Detectar un pólipo no es algo que deba asustarte, sino una oportunidad para prevenir complicaciones graves en el futuro.
Si tienes más de 45 años, antecedentes familiares o síntomas como sangrado o cambios en tus evacuaciones, agenda una consulta. Estoy aquí para acompañarte, resolver tus dudas y ayudarte a tomar decisiones informadas sobre tu salud.